domingo, 5 de mayo de 2013

El fin del crecimiento ¿La Era de la Moderación o de las Consecuencias?



<<Nosotras, las civilizaciones, sabemos ahora que somos mortales>>
Paul Valery

Queridos lectores,

Aunque no es algo que se comente demasiado, el crecimiento anual de la producción global tiende a frenar su ritmo de incremento, de forma lenta pero constante.

Esa disminución del incremento, de mantenerse, en algún momento hará que este aumento sea cero, es decir nos llevará a una economía estacionaria, o al decrecimiento.




Si trazamos la recta que más aproxima estos datos, vemos que tiene pendiente negativa, y que llega a cero en un periodo de 25 a 50 años, según el conjunto de datos que tomemos. Si iniciamos la gráfica en los 70 es cuando el periodo es de 50 años, si la iniciamos en los 60 sería de 25 años, y si la iniciamos en los 50 de 40 años.

Es cierto que podemos argumentar que no hay ninguna razón para que se mantengan las tendencias del pasado, soy consciente de ello. Muchos, desde una perspectiva conservacionista pensáis que el crecimiento no se mantendrá tanto tiempo; otros, por el contrario, pensáis que hay razones políticas y culturales para ese declive relativo, pero que en algún momento lograremos estabilizar la situación. Estoy de acuerdo en que esos datos solo nos dicen que durante las últimas seis décadas el ritmo de crecimiento se ha ralentizado, pero os propongo que por una vez dejemos volar un poco la imaginación y veamos a donde nos lleva.

Uno de los hechos novedosos respecto al crecimiento es que en la última década los países emergentes han sido en gran medida el motor del mismo

Crecimiento mundial frente a países desarrollados (OECD). Los países desarrollados crecen menos.

si como algunos pensamos, estos países terminan regresando al valor medio, como ha sido norma en la historia, el periodo necesario para llegar al “crecimiento” cero por ciento se reducirá considerablemente, pasando a ser de 10 a 30 años. En definitiva, la mayoría de nosotros llegaremos a vivir enteramente este proceso a lo largo de nuestra vida, es decir, va a afectar a nuestras vidas de forma muy directa.

Otro hecho relevante que se desprende de los datos, es que la depresión de los 70 no es tal, en realidad se creció más que en las décadas posteriores. Fue una crisis exclusiva de EEUU en 1970, y del conjunto de países desarrollados en 1974-75. Las soluciones alcanzadas, una globalización y tipos de cambio flexibles, parecen diseñadas para estos países, y de hecho, los emergentes pagaron una factura muy cara en los ochenta, como luego veremos.

Esto plantea algunos interrogantes ¿qué implica el fin del crecimiento? ¿Por qué sucede?

Algunas implicaciones del crecimiento económico en nuestra sociedad

Que haya crecimiento significa que tenemos más bienes y servicios disponibles, es por tanto, si no tenemos en cuenta otras consideraciones, ir a mejor. Esta simpleza no justifica que se haya convertido en el objetivo único de la política económica. El crecimiento es la forma que tenemos de inclusión dentro de la sociedad. Si observamos la relación entre crecimiento y empleo en España o en otros países, en esta gráfica tomada de Politikon




vemos que en España es necesario crecer por encima del 2% para crear empleo. Es poco intuitivo, parecería lógico pensar que con crecimiento 0% el empleo permanecería estable, ni se crearía ni se destruiría, pero no ha sido así hasta ahora.

Se trata de una regularidad empírica que, de mantenerse, amenaza seriamente a los parados y jubilados españoles y pone en duda la viabilidad del sistema político y socioeconómico. En una democracia con sufragio universal, es lógico pensar que cuando la exclusión supere cierta tasa, del 20 o 30%, o se empiezan a tomar medidas heterodoxas para ayudar a esa gente, o será necesario cambiar a otro sistema político.

El crecimiento también implica poder. Cuando se prolongan las tendencias con una línea recta y se llega a la conclusión de que China superará a EEUU en el año X, cierto recelo y temor implícito (o lo contrario, según la orientación política) se percibe en el analista. El tamaño da poder, el poder proporciona influencia para fijar reglas más favorables a nuestros intereses, las reglas favorables a nuestros intereses nos dan más tamaño y más poder, un proceso con retroalimentación positiva.

El crecimiento puede implicar también consumo de recursos, renovables y no renovables. Esta idea se hizo de repente manifiesta durante la crisis de los 70, la crisis del petróleo. De pronto aparece la idea de que no es posible un crecimiento infinito en un mundo finito, es decir, podríamos estar cerca de los límites del crecimiento.

La idea fue descartada por las élites, e incluso se consideró por los más extremistas como de mal gusto insinuar algo parecido, propio de “comunistas”, enemigos del sistema. Para ello se echó mano de la economía política, la ciencia que había sido creada por Adam Smith y que establecía el comportamiento del gobierno ante los asuntos económicos. Una idea que ahora nos parece natural, que el gobierno debe crear un entorno favorable para que aumente la riqueza de los ciudadanos de su país, comenzó a establecerse gracias a Smith.

¿Qué nos dice la economía política?

La idea de unos límites al crecimiento es neomalthusiana. Malthus pensaba que el crecimiento de los alimentos disponibles limitaría el crecimiento de la población. Malthus se equivocó ampliamente, y a pesar del tremendo incremento de la población los precios agrícolas no han dejado de caer durante casi 200 años. Malthus no calculó bien el incremento de la tierra agrícola, ni el incremento de la productividad por unidad de tierra.

 No tuvo en cuenta la innovación tecnológica
-   Un sistema de precios hará que las personas busquen soluciones a los problemas de producción agrícola

Sobre todo a esta última idea se le da una importancia colosal. No se trata de discutir cual es el entorno social más adecuado para que las personas desarrollen su creatividad y su potencial para resolver problemas, se afirma que en el entorno adecuado las personas resolverán todos los problemas. En definitiva, se trata de una nueva encarnación del argumento de la omnipotencia del mercado, una de las cualidades divinas de Mano (el invisible).

La prueba definitiva es el registro histórico y los más de 200 años durante los cuales la profecía de Malthus no se ha cumplido. De acuerdo, no me cuentes teorías, cuéntame qué ha pasado realmente.

¿Qué nos dice la historia?

Las ideas de autonomía y libertad individual, un gobierno favorable a las mismas y cuyo objetivo es aumentar la riqueza de sus ciudadanos a través del libre comercio comenzaron en Europa a mediados del siglo XV en el norte de Italia, para luego pasar a los Países Bajos.

La evidencia histórica realmente muestra que estas ideas pueden tener relación con el progreso material. El crecimiento en Europa Occidental pasa del 0,29% anual en el periodo 1000-1500 (frente a un incremento de la población del 0,16% anual) al 0,40% anual (frente a un incremento de la población del 0,26%) en el periodo 1500-1820. Todo esto según los datos de Madison, que han sido discutidos por sostener una perspectiva eurocéntrica frente a otros autores como Pomeranz o Paul Bairoch; pero si nos creemos estas estimaciones, realmente se trata de un logro notable, aumentar un 0,11%  adicional anual el porcentaje de crecimiento de la economía, eso sí, aumentando un 0,10% adicional anual el crecimiento de la población.

Sin embargo, durante los siglos XIX y XX, con el comienzo de la revolución industrial, vemos ratios de crecimiento sin igual, en el torno del 2% anual. Esta exuberancia económica está producida por un aumento mucho más fuerte de la población y una transformación todavía más fuerte del medio natural, utilizando de forma intensiva recursos naturales renovables y no renovables. En definitiva se fueron pavimentando campos para urbanizar ciudades, mientras se talaban bosques para convertirlos en campos, se abrían minas, etc., todo esto mientras crecía la población a una tasa mucho más fuerte, lo que a su vez permitía acelerar el proceso de transformación.

Destaca especialmente el uso intensivo de recursos energéticos no renovables, lo que fue propiciado por la invención de la caldera de vapor, a finales del siglo XVIII. La imposibilidad de seguir aumentando el uso de esos recursos, incluso a corto plazo, es el objeto del blog The Oil Crash.

También se produjo una explosión de creatividad, nuevos inventos e ingenios. En definitiva, ese crecimiento económico es propiciado por tres factores, el incremento de la población, la explotación de recursos naturales y la antropización del medio y el desarrollo tecnológico. Poca gente negaría estos hechos. Lo que se plantea cuando hablamos de “los límites del crecimiento” es que el factor población y el factor recursos están llegando a su límite.

Potencialmente podría, por lo tanto, si alcanzamos un estado estable sustentable, continuar existiendo un crecimiento “residual” a partir de este punto, que fuese genuinamente debido a la innovación, y que yo estimo (y no me preguntéis por qué) que podría estar en la horquilla 0,1-0,6% anual.

Ese estado estable sustentable podría implicar un cambio de civilización. Lo que se puede ver con la pesca, un recurso renovable, es que hay un límite a partir del cual el recurso está sobre explotado. Por encima de ese límite el recurso decae de forma muy drástica y la explotación económica desaparece. Fue eso lo que ocurrió, por ejemplo, con las ballenas.

Este poblado ballenero preveía un crecimiento constante de su actividad

La tecnología puede modificar esos límites. Por ejemplo, dado que todas las especies comerciales de peces del Atlántico están sobre explotadas, y un tercio de las mundiales, podemos aumentar el consumo de proteínas de pescado a través de la acuicultura, esa tecnología a su vez tendrá unos límites, más allá de los cuales provocará la desaparición del recurso que utilice.

Los problemas de sostenibilidad más palpables son la dependencia de fuentes no renovables de energía y el grado de transformación de todos los ecosistemas de La Tierra. Este proceso llamado “crecimiento”, que ha consistido en gran medida en incrementar la población y transformar los ecosistemas para producir comida para la humanidad, ha alcanzado una escala en la que la suma de pequeños efectos dispersos es capaz de afectar al planeta entero.

Un ejemplo de esta suma de efectos es el cambio climático, otro ejemplo es la llamada transición crítica del planeta, que implica que alcanzado cierto grado de transformación de la biosfera está será incapaz de volver a su estado original, y habrá un cambio de los ecosistemas que pasarán a estar dominados por especies hasta ahora raras.


No sabemos como de amigable puede ser el nuevo estado de La Tierra para el ser humano, pero dado que el estado actual ha resultado ser favorable, no parece inteligente modificarlo.

El cambio climático o la transición crítica de la biosfera son efectos potencialmente catastróficos que de momento no están teniendo lugar, por lo tanto la ralentización del crecimiento que estamos viendo debemos explicarla por otros factores.

Como veis nos encontramos en una encrucijada terrible, ya que por un lado el crecimiento es “el bálsamo de fierabrás” de todos los problemas sociales, pero por otro lado, desde diferentes disciplinas como la biología, la antropología o la historia nos están avisando de lo peligroso que es rebañar el tarro de miel del crecimiento.

Una perspectiva ecológico materialista del colapso de las civilizaciones

Un ejemplo canónico de un colapso de este tipo es el que le aconteció a los Mayas

Al este de las tierras olmecas se extiende la Península de Yucatán, otra región en la que el camino hacia la categoría. de estado parece ignorar los principios ecológicos. Aquí vivieren los Mayas, un pueblo que inventó un complejo sistema de escritura jeroglífica y numeración matemática escribió su historia en libros en forma de acordeón, realizó observaciones astronómicas exactas, desarrolló un calendario solar altamente preciso y dominó las artes de la escultura en piedra y la mampostería. [1]

Se desarrolló una floreciente cultura urbana

Dennis Puleston, de la Universidad de Minnesota, calcula que en la zona residencial de los alrededores de Tikal había 2.250 personas por milla cuadrada y 750 por milla cuadrada en Ia zona comprendida entre Tikal y su vecina Uxactun. [1]

La densidad media en la península de Yucatán era de 250 personas por milla cuadrada, la base ecológica, inicialmente habría sido el cultivo mediante poda y quema.

La poda y quema constituye una forma de agricultura que se adapta bien a las regiones que poseen abundante cobertura boscosa y cuentan con altas tasas de regeneración. El objetivo del sistema de poda y quema consiste en utilizar una sección de bosque durante algunos anos, dejarlo en barbecho lo suficiente para que los árboles vuelvan a crecer y más tarde volver a utilizarlo. La «poda» se refiere a la práctica de cortar árboles pequeños, enredaderas y arbustos, y dejarlos secar antes de prenderles fuego. La quema, que generalmente se realiza poco antes del comienzo de la estación de las lluvias, crea una capa de cenizas que actúa como fertilizante. Los cultivos se plantan directamente en el terreno cubierto de cenizas, en agujeros o pequeños montículos, sin necesidad de labranza. Durante dos o tres temporadas es posible obtener altas producciones de maíz, judías, cidracayotes y otros cultivos. Después, las malas hierbas se diseminan desde el bosque circundante no podado e invaden el campo: al mismo tiempo, las precipitaciones filtran la ceniza fertilizante. Poco después será preciso encontrar un nuevo terreno. La agricultura de poda y quema tiene alto rendimientos por hectárea y por hombre-hora siempre que se mantenga entre las quemas sucesivas un intervalo suficiente que permita un nuevo crecimiento considerable de árboles y arbustos. Cuanto mayor sea la cantidad de cenizas, más elevada será la producción. Cuanto más largo sea el intervalo durante el cual un bosque permanece en barbecho más madera habrá para convertirla en ceniza. Cuanto más breve sea el periodo de barbecho, más baja será la producción. En los bosques tropicales el descenso puede ser brusco. [1]

Este sistema no es tan productivo para alcanzar las densidades de población que alcanzaron los Mayas, por lo que tuvieron que seguir un proceso de crecimiento económico, que incluiría la plantación de árboles frutales y la creación de sistemas de canales que permitirían alcanzar dos cosechas al año. Se trataba de un sistema productivo complejo, pero cada uno de los componentes no era muy robusto:

[…] cada componente tenía un límite hasta el cual podía llegar, después de lo cual retrocedía con consecuencias devastadoras. La poda y quema con barbechos breves puede convertir las selvas en praderas permanentes. En el corazón mismo de la zona de Petén (Yucatán) existe una enorme sabana cubierta de hierba que probablemente se creó a causa de una quema excesiva. La deforestación conduce, a su vez, a la erosión en las laderas. En Petén, la cobertura del terreno de la meseta es sumamente superficial y desaparece con facilidad cuando la cobertura vegetal no la protege. La erosión  también puede dañar los sistemas de control de agua de las tierras bajas porque conduce a la concentración excesiva de sedimentos en canales y reservarlos. Por último, al estropear la cobertura boscosa de una zona tan extensa como la de Petén es muy fácil modificar la pauta regional de precipitaciones anuales, prolongando la estación seca y aumentando la frecuencia y la gravedad de las sequías. [1]

De los 250 habitantes por milla cuadrada que se estima habitaban esta zona en el siglo IX, la población se había reducido a 1 habitante por milla cuadrada para la época en la que llegaron los españoles. La cultura maya desapareció.

Los mayas fueron capaces de obtener más comida, pero a costa de mayor consumo de recursos: la fertilidad de la tierra. Aunque no es posible establecer una comparación, dado que se trata de recursos renovables frente a no renovables, algo parecido le ocurre a nuestra civilización con el petróleo, desde los 70 hemos aumentado la producción con tecnologías cada vez más ineficientes, con rendimientos netos cada vez peores. Se ha pasado de la explotación convencional a la tecnología off-shore y de ahí a las arenas y pizarras asfálticas, obteniendo cada vez menos energía por unidad de recurso extraído, con una pauta claramente decreciente, que se ha repercutido en el precio por cuanto el mercado no se ha desplazado hacia una alternativa en la medida de lo necesario.

Una perspectiva biológica evolutiva del colapso de las civilizaciones

La perspectiva evolutiva es similar a la ecológica ambiental, aunque aporta importantes detalles. Seguiré aquí el libro “Ocho pecados capitales de la humanidad civilizada” del premio Nobel de medicina Konrad Lorentz.

Para Lorentz el ser humano debe parte de su comportamiento a su filogenia, su evolución genética, que le ha proporcionado instintos útiles para sobrevivir. Por ejemplo, al margen de instintos evidentes como el de la reproducción, poder comer hasta hartarse, e incluso encontrarlo apetecible, tiene su sentido cuando no tienes muy claro cuando realizarás la siguiente comida. Este “hardware físico”, con la información útil para sobrevivir acumulada durante miles de años, puede entrar en contradicción con el software, los comportamientos aprendidos que son propios de una cultura, de la civilización.

Tanto los procedimientos mediante los cuales una cultura incorpora el conocimiento nuevo que contribuye a la conservación del sistema, como aquellos por los cuales retiene este conocimiento, son diferentes de los procedimientos que emplea el proceso evolutivo de las especies. Sin embargo, el método mediante el cual se selecciona entre la multitud de todo lo ofrecido aquello que se ha de retener, sigue siendo el mismo tanto para el desarrollo de las especies como para el de las culturas: es la selección según los resultados de pruebas exhaustivas. Ciertamente, la selección a través de las cuales se establecen las estructuras y funciones de una cultura no es tan rígida como la que opera en la evolución de las especies porque el ser humano, al dominar de un modo progresivo a la naturaleza circundante, se está aislando, cada vez más, de los factores selectivos. Es por eso que es frecuente encontrar en las culturas algo que muy rara vez aparece en las especies: eso que se ha dado en llamar construcciones suntuarias, esto es, estructuras que no pueden deducirse de un logro contributivo a la conservación del sistema y tampoco de algún logro anterior. Sucede simplemente que el ser humano puede darse el lujo de arrastrar consigo más lastre inútil que un animal salvaje. [2]

Una de las contradicciones más evidentes es que el ser humano está deficientemente preparado para vivir en aglomeraciones, hemos desarrollado nuestra evolución como especie con densidades menores a una persona por kilómetro cuadrado.

El hacinamiento de muchos seres humanos en un espacio reducido no sólo conduce a fenómenos de deshumanización por la vía indirecta del agotamiento y el empantanamiento de las relaciones interhumanas sino que directamente produce un comportamiento agresivo. Sabemos por muchísimos experimentos con animales que la agresión intra-específica puede ser aumentada mediante el hacinamiento. Aquél que no lo ha experimentado por si mismo siendo prisionero de guerra o habiendo vivido en una similar agrupación forzada de muchas personas, no puede ni siquiera formarse una idea de los grados que puede alcanzar la irritabilidad por trivialidades en alguien bajo esas condiciones. [2]

Esto podría tener bastante relación con la conceptualización que hace la “economía política” del comportamiento humano. La competencia entre individuos de la misma especie, competencia intra-específica, es el motor con el que se pretende estimular una mayor producción. De esa forma, en una sociedad autodenominada libre, resulta prácticamente imposible elegir un nivel adecuado de consumo de recursos, que a su vez permita un nivel de trabajo “más humano”.

Un ejemplo ya utilizado por Oskar Heinroth para ilustrar las consecuencias de la selección intra-específica se refiere a las plumas del faisán macho Argus (Argusianus argus L.). En ocasión del celo estas plumas le son mostradas a la hembra desplegándolas de una manera similar a la rueda del pavo real […]. Pero, mientras que la rueda del pavo real se pliega durante el vuelo en una popa más o menos aerodinámica, con lo que apenas si causa alguna molestia al volar, el alargamiento de las plumas del Argus macho lo convierte a éste en casi un incapacitado para el vuelo.
Mi maestro Oskar Heinroth solía decir en su drástico estilo: “Junto con el vaivén del Argus macho, el ritmo de trabajo de la humanidad moderna es el producto de selección intra-específica más estúpido que se conoce.” [2]

La relación de estas tendencias, artificialmente fomentadas, culturales o propias de la evolución cultural, con el despilfarro de recursos es evidente.

[…] la competencia económica de la humanidad consigo misma forzosamente resultaría ya de por sí suficiente para arruinarla por completo. Todo proceso circular con una retroalimentación positiva conduce, tarde o temprano, a una catástrofe y el fenómeno aquí tratado contiene varias de ellas. Aparte de la selección intra-específica comercial hacia un ritmo de trabajo cada vez más acelerado hay todavía un segundo proceso circular en acción sobre el cual Vance Packard llamó la atención en varios de sus libros y que tiene por consecuencia un progresivo aumento de las necesidades del ser humano. Por motivos obvios, todo productor buscará aumentar la necesidad del consumidor por los productos que fabrica. Muchos institutos “científicos” de investigación se ocupan exclusivamente de dilucidar la cuestión de qué medios serían los más adecuados para el logro de este aborrecible objetivo. [2]

La consecuencia de todo ello es el camino desbocado hacia la crisis ambiental

Sucede que el campesino sabe algo que el resto de la humanidad parece haber olvidado, y es que las bases vitales de todo el planeta no son inagotables. Después de que en América grandes extensiones de tierras cultivables se convirtieron en desiertos como consecuencia de la erosión del suelo que siguió a la depredación; después de que grandes áreas se volvieron estériles por la tala de árboles y se extinguieran innumerables especies de animales útiles; estos hechos están siendo nuevamente comprendidos, en especial porque grandes empresas industriales de la agricultura, la pesca y la caza de ballenas comenzaron a sentir sus consecuencias dolorosamente desde el punto de vista comercial […] La humanidad civilizada, al desertizar de forma ciega y vandálica a la naturaleza viva que la rodea y sostiene, se expone a la amenaza de la ruina ecológica. Cuando sienta esta ruina también económicamente, es posible que reconozca sus errores, sólo que, con mucha probabilidad, para ése entonces ya será tarde. [2]

Una perspectiva histórica cultural del colapso de las civilizaciones

La perspectiva cultural sobre el declive y fin de las civilizaciones fue desarrollada por el historiador británico Arnold J. Toynbee. Tengo que reconocer que me acerco a ella a través de una recopilación de artículos, la obra de Toynbee es demasiado vasta, por tanto mi conocimiento de ella es bastante superficial.

Para Toynbee el colapso se produce en una «época de turbulencias», producida por una pérdida de la capacidad creadora de las minorías dirigentes. Las causas serían las siguientes:

a) una «mecanización de la mímesis», que sucede cuando la obediencia tácita y espontánea de las masas - la mímesis- se pierde porque la minoría se vuelve rutinaria al perder creatividad, y se aferra al poder por la fuerza militar;
b) la «rigidez de las instituciones», que se resisten a efectuar un reajuste y adaptarse a los nuevos tiempos;
c) la «Némesis del espíritu creador», que tiende a la idolización de sí mismo y a «dormirse sobre los laureles» o a «precipitarse a la ruina».

La distinción entre minoría creadora y minoría dominante recuerda mucho el concepto de las “élites extractivas” del que hablábamos en nuestro relato de la caída del imperio romano occidental. Toynbee toma sus ideas del estudio de la cultura grecolatina, su visión es eurocéntrica, no demasiado rigurosa pero sugerente, recordemos lo que decíamos en ese artículo

El libro concluye que las naciones fallan porque sus instituciones son débiles y "extractivas", es decir, son excluyentes: privilegian a unos grupos de la sociedad por encima de otros y concentran el poder en una élite que actúa para su propio beneficio.


El problema de esta interpretación cultural de la decadencia y colapso es que desde el punto de vista de nuestra civilización actual, en la que tenemos dos instituciones dominantes: la corporación empresarial y el estado-nación; esa interpretación cultural es reversible como un calcetín, sirve para atacar a uno y otro lado. Este “nudo gordiano” ha sido captado de forma irónica por el brillante (a tenor de las historias de animación) historietista español Alex Sailó.


No debería ser difícil deshacer ese nudo gordiano. Tal y como comentábamos en el artículo anterior, la desregulación no produce más libertad, al contrario, crea estructuras de poder informal y por tanto menos libertad. El contrato social se basaba por tanto en que un poder central que se autolimitaba ponía límites al poder del dinero, ya que solo de esa forma puede funcionar un mercado libre ¿y como se autolimita ese poder central? Evidentemente es el pueblo el que debe hacerlo, a través de la democracia.

La creciente desigualdad y los escándalos financieros y corporativos, como el caso de Apple, muestran el creciente ascenso de una plutocracia económica, al mismo tiempo el pueblo se muestra incapaz de limitar el poder de unos políticos que se han vuelto intercambiables.

Una perspectiva holística del colapso de las civilizaciones


En la práctica, todos estos factores podrían estar estrechamente relacionados, y evolucionar conjuntamente. Parece lógico pensar que los más reacios al cambio serán los que han visto florecer su fortuna en la exuberante primavera del crecimiento ilimitado. Estas son las élites en muchos sentidos, por su poder económico, por su influencia política, por la proyección de su pensamiento, que la mayoría mimetiza sin crítica. Estos han sido hasta ahora los hacedores, los que resolvían problemas.

Pero quizás de forma solapada están detrás de los problemas, del problema de la deuda, no olvidemos que detrás de las instituciones, como los bancos, siempre hay personas, y tal como vimos en la anterior entrada en EEUU solo el 1% de los más ricos tiene más del 40% de la riqueza financiera, es decir, de nuestra deuda.

La deuda es un poderoso incentivo para trabajar, ¿y qué capital podemos trabajar? Los pobres no suelen disponer de capital de calidad para trabajar, excepto sus recursos naturales. Cuando Michael Hudson trabajaba en Wall Street, su primera labor en Chase Manhattan Bank indignará a más de uno, especialmente a los que nos seguís al otro lado del Atlántico. Consistía en determinar cuanto podían pagar en intereses algunos países Latinoamericanos, y la solución era sencilla ¿Cuánto ganan? Es decir ¿Cuál es su superávit comercial? Y lo que tenían que pagar en intereses era esa cantidad. No sobraba nada para subir el nivel de la población o para industrializarse y pagar la deuda, se marchaba todo con los intereses ¡y con razón! Se había calculado así ex profeso ¡Que hijos de puta! Así que en los ochenta, cuando esta situación se hizo insostenible, el FMI les dijo: “no suspendas pagos, tienes muchos activos para vender, bosques, agua limpia, tierra fértil, etc.”

Así que tenemos a una serie de personas cuyo nombre está asociado a una información digital, que dice que tienen un saldo muy grande de riqueza virtual, con la que pueden solicitar riqueza real a demanda ¿Cómo dársela en un mundo de producción estancada o menguante? Muchos otros tendrán que apretarse el cinturón, y a la población empobrecida les queda explotar ilegalmente la madera de la selva, otro proceso con retroalimentación positiva como los descritos por Konrad Lorentz.

Ambos fragmentos de vídeo pertenecen al documental “Surviving Progress” basado en el libro de Ronald Wright “Breve historia del progreso”. Una de las partes más sugerentes es cuando Wright habla precisamente de los mayas, de la complejidad que alcanzó su sociedad en el periodo tardío, con templos y palacios cada vez más sofisticados ¿para qué los querían? Su función era transmitir la idea de que el vínculo entre los gobernantes y la divinidad, que traía las lluvias y reponía la fertilidad de los campos, no estaba roto.

¿Dónde están los castillos y palacios del siglo XXI? ¿Cuál es el oscuro arcano cuyo dominio es potestad de la élite, y que restablecerá de nuevo el crecimiento? La sociedad se gobierna por las ideas.

El historiador Eric Hobsbawn divide la historia transcurrida desde que el llamado capitalismo (esta palabra es en parte anacrónica, pero útil) se juntó con la industrialización, en cuatro periodos o eras: La Era de la Revolución (1789-1848), La Era del Capital (1848-1875), La Era del Imperio (1875-1914) y La Era de los Extremos (1914-1991). En esa lejana Era de la Revolución se inicia un proceso de transformación que parecía no tener fin y cuyos soportes ideológicos fueron la economía política de Adam Smith y el utilitarismo de Jeremy Betham. Estas ideas, pese a las múltiples críticas legítimas que podrían realizarse, han tenido un éxito innegable, han transformado tanto el mundo que como siempre ocurre en la historia han creado las condiciones para su propia muerte. Son necesarias nuevas ideas (enfrentadas o complementarias a las anteriores) para resolver los problemas que las antiguas ideas han creado. Lo que está en juego es la forma en que esto se realice, y el nombre que se de en un futuro a nuestra era.





22 comentarios :

  1. Hola Jesús, al final la cuestión es seremos capaces de establecer un sistema inclusivo no dependiente del crecimiento o iremos a un sálvese quién pueda, de momento parece que está triunfando lo segundo.

    Un saludo (Don QuiSancho)

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    1. Buenas Don QuiSancho,

      Efectivamente, reducido a su esencia ese es el reto y eso es lo que está pasando. También se pueden extraer del post algunos detalles, que creo son de importancia extraordinaria:

      1) Si la teoría cultural está en lo cierto, y es necesario el ascenso de una nueva élite creadora, hay que desechar el pensamiento fracasado de las viejas élites, que yo he concretado en la economía política de Adam Smith y el utilitarismo de Betham.
      2) Si Lorentz está en lo cierto, estamos atrapados en un proceso de selección intra-específica, que al contrario que la selección respecto al entorno, puede ser negativo para la especie. Tenemos que ser competitivos si o si, el sistema te obliga a elegir entre ser competitivo de 9 a 5 o morirte de hambre. En la competición entre cazadores gana el que caza 200 mamuts en vez de 2, el problema es que eso no es sostenible, por lo tanto, al contrario de lo que piensa la economía política, hay que poner filtros o amortiguadores al proceso de competencia, que eviten una carrera sin fin hacia trabajar y consumir más. Romper ese circulo vicioso de retroalimentación positiva puede ser la clave del problema.

      un saludo,

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    2. Más bien apuesto por una transformación del sistema de incentivos con un soporte cultural-educativo y también institucional (que si no termina quedándose en papel mojado). Al final es mejor un buen diseño de las instituciones que sustituir unas élites por otras.

      Un Saludo (Don QuiSancho)

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    3. Buenas Don QuiSancho,

      No son cuestiones incompatibles, lo que plantea Toynbee es que las viejas élites, que han alcanzado ese estatus pensando "al viejo modo", no van a estar muy predispuestas a una transformación del sistema de incentivos, por ejemplo. Hacen falta ideas nuevas, como las que tú planteas, pero ellos tienden a ser reacios a aceptarlas.

      Es cierto que nunca podremos establecer una causalidad entre el colapso y la cuestión de la minoría creadora. Cuando colapsaron los mayas, ¿fue por qué excedieron la capacidad de carga para su tecnología o por qué las élites no encontraron una nueva tecnología?, la cuestión no tiene mucho sentido, siempre que hay colapso debe haber una evolución tecnológica insuficiente, o bien un crecimiento excesivo y agotamiento de recursos, se puede ver de las dos formas. Sin embargo, visto desde dentro, hay ciertas actitudes, como el fanatismo pro-mercado, que parece que corroboran la hipótesis de Toynbee.

      un saludo,

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    4. ¿Puede haber transformación del sistema de incentivos sin cambios en la propiedad? En el momento en que un 1% tiene el 40% de la riqueza ¿como cambias la propiedad? Los accionistas ¿se preocuparan por sus acciones o esperan venderlas dentro de un mes y por tanto les da igual la gestión?

      Cambiar esas cosas exige medidas drásticas, a las que se van a resistir de forma numantina. Después de la gigantesca crisis financiera han sido capaces de eludir las medidas regulatorias más sensatas: la Ley Vockler la han medio descafeinado, en Europa todavía más, a la gerencia ni la tocan, etc.

      Ojalá todo sea sencillo, razonable y sin dolor, ojalá se haga en algún momento, por lo menos.

      Un saludo,

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    5. Hola Jesús, mas bien me refería a que si sustituyes una elite por otra es muy probable que esta termine cayendo en los mismos errores que la primera, es mejor establecer un sistema en que se limite el poder de la elites (económicas y políticas), una forma de organización mas horizontal.

      Con respecto a la propiedad, cuestión peliaguda, no voy a ser yo quien sacralice la propiedad privada, pero esta es una cuestión muy arraigada y siempre que se va directamente contra ella uno termina estrellándose. Por otro lado creo que el problema mas que de concentración de la propiedad física es de concentración monetaria (capacidad de decisión), cuestión que puede solventarse con una reforma monetaria-financiera de forma no violenta, por eso abogo en el largo plazo por la eliminación del crédito privado (y cualquier otra forma de inversión indirecta), que es la principal causa de concentración monetaria. En la actualidad se puede utilizar la política monetaria para financiar nuevas formas de organización que sustituyan a las antigua a modo de transición.

      La cuestión de la propiedad también está muy relacionada con el tipo de sistema productivo, pues en una economía basada en energías renovables y reciclaje la importancia de la propiedad se diluye.

      Un Saludo (Don QuiSancho)

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    6. Buenas Don QuiSancho,

      Evidentemente estoy de acuerdo en una sociedad lo más igualitaria posible, la cuestión es ¿cómo? En el post anterior, y brevemente en este al citar la “hidra de dos cabezas” de Alex Sailó, hacíamos referencia a que la sociedad es emergente, recientemente se lo he escuchado (y debo confesar que me ha sorprendido gratamente) a Ha-Joon Chang, un economista heterodoxo (resulta tremendamente preocupante que los economistas creen que hay leyes inmutables de la economía, a pesar de ser una ciencia social y a pesar de la evidencia de que la sociedad es mudable y cambiante). Y hacía referencia a esa característica al ver como el sistema político que inventaron nuestros bisabuelos, o anteriores, está fallando. Precisamente ahora que se ha sacralizado y que se ve también como algo inmutable, llamado “democracia”, falla. Los políticos han dejado libre a parte del poder económico, se ha creado una economía de rentistas como no existía desde la época feudal, y los políticos no hacen nada para resolverlo ¿acaso no tienen incentivos para hacerlo, y así ser reelegidos? Parece que no. Allí citábamos a Paul du Gay y su libro “En elogio de la burocracia”, en el artículo enlazado hay una referencia al 15M y sus estructuras horizontales, al final se habían terminado creando estructuras de poder informal, gente clave que controlaba los grupos, ya sea por su influencia sobre el resto del grupo o por otras razones. Según du Gay el poder termina apareciendo por un lado o por otro y la mejor forma de limitarlo es renovándolo constantemente. Esa sería la función del mercado en el ámbito económico y de la democracia en lo político. Yo particularmente soy enemigo de los voluntarismos y del excesivo idealismo, la horizontalidad no se consigue mediante su mero enunciado, proclamando que todos somos iguales, creo que la cuestión es establecer una estructura racional que funcione y favorezca la horizontalidad, aunque sea otorgando poderes temporales. La cuestión es ¿Cómo?

      Respecto a la propiedad, mira lo que se propone en ResPublica (un think tank británico que se presenta como independiente, pero que tiene a varios conservadores en su mesa de dirección)

      Making it mutual: the ownership revolution that britain need

      Ojo, que parece que son muy influyentes, tanto conservadores como laboristas llevaron sus propuestas en las últimas elecciones ¿otro giro a lo Thatcher? ¿positivo? Algo me huele mal, aunque no conozco la propuesta en profundidad.

      un saludo,

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    7. Hola Jesús,

      Creo que la mayoría de los problemas del actual sistema son debidos a la acaparación de recursos. Si se pusiese un tope máximo a esa acaparación, digamos 10 veces la media per cápita, una vez llegado a ese tope se quitaría el incentivo por acaparar y las élites se podrían dedicar a alguna otra actividad más provechosa para la sociedad. Aunque seguro que se las ingenian para crear agujeros y saltarse la norma.

      Saludos,
      Rubén.

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    8. Buenas Ruben,

      Has dado en el clavo, desde la época progresista (hablo de la 1ª mitad del siglo XX) la presión fiscal ha pasado de la riqueza a la renta y los productos. Eso ha traído por un lado recursos improductivos, en manos muertas, burbujas y rentismo. Por ejemplo España necesita de forma urgente un impuesto al capital inmobiliario (que no se puede deslocalizar) en función del valor catastral real (lo malo es que debe hacerse de forma paulatina para que los pisos no caigan más y empeore el problema financiero) que se debería utilizar para bajar impuestos al trabajo, reducir las cotizaciones de trabajadores y empresas y así hacer una devaluación fiscal. Sería un impuesto progresivo, justo, difícil de deslocalizar, difícil de defraudar. En el futuro espero más a fondo del tema.

      un saludo,

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  2. "Potencialmente podría, por lo tanto, si alcanzamos un estado estable sustentable, continuar existiendo un crecimiento “residual” a partir de este punto, que fuese genuinamente debido a la innovación, y que yo estimo (y no me preguntéis por qué) que podría estar en la horquilla 0,6-0,1% anual."

    No pregunto por qué... pero te refieres a una horquilla de 0.06% - 0.1% o a una horquilla de 0.1% - 0.6% ?

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    1. Buenas Anónimo,

      Me refiero a 0,1-0,6%, es una errata, la corrijo en cuanto pueda. Agradecido.

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    2. Aclarar que es un número dicho al tun-tun, valorando a grosso modo lo que ha supuesto en los últimos 200 años el incremento de la población y la transformación de los ecosistemas. Por otro lado hay que tener en cuenta que la tecnología cambia el límite de sostenibilidad de los recursos, e incluso crea nuevos recursos. En definitiva es un 0,6-0,1%, quizás excesivamente optimista, pero me refiero al crecimiento que podríamos alcanzar una vez tengamos una utilización sostenible de energía, entre otras cosas. Hay que considerar que ahora estamos muy por encima de ese límite ¿cuanto? Esas discusiones tan técnicas es mejor dejarlas a los expertos, según Antonio Turiel hay alguna posibilidad de alcanzar una sociedad industrial totalmente renovable.

      Esas predicciones son muy complejas, dado que hay muchos factores en juego, multitud de ellos, y tenerlos todos controlados es difícil. Hace años, tras la públicación de "Los límites del crecimiento" Paul Ehrlich apostó con Julian Simon (el típico dogmático de mercado) que los precios de varias materias primas subirían de precio, dado que se estaban agotando. Simon opinaba que nunca subirían más de un año seguido, y ganó, ganó durante décadas, hasta que perdió. Fallar las predicciones resta tanta autoridad como aporta acertarlas, pero lo que está pasando en el mundo actual es que el nivel de afección al entorno y el agotamiento de recursos es tan generalizado y de tal magnitud que si no falla una cosa puede fallar otra.

      De todas formas no hay ninguna razón para pensar que el ingenio humano es infinito. Al igual que la naturaleza estamos sometidos a leyes físicas, por lo tanto es posible que también llegue a peak, en algún momento.

      un saludo,

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  3. Hola Jesús.

    http://es.wikipedia.org/wiki/Colapso:_por_qu%C3%A9_unas_sociedades_perduran_y_otras_desaparecen_%28libro%29

    Esa referencia de Wikipedia es de una obra muy interesante que leí hace un tiempo. Está relacionada con el tema del artículo y quizás te interese.

    Un saludo, y felicidades una vez más. Al cien por cien nunca se está seguro de lo que se escribe, pero me atrevería a decir que estás muy cerca de la verdad.

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    1. Hola Urbez,

      La visión de Diamond es similar al materialismo cultural de Marvin Harris, con matices, el libro de Diamond es más específico sobre este tema que el que enlazo en el artículo, pero tenía ese más a mano. También me gusta porque es de los 70, es decir, este no es tema nuevo, no es algo que "de repente" sobrevenga.

      Un lector me ha pasado un trabajo sobre sostenibilidad y una de las cuestiones más impactantes es que los índices de felicidad subjetiva apenas han subido en occidente desde los 70. Entonces ¿por qué no buscar la sostenibilidad, el crecimiento cualitativo? Todo está desquiciado. El otro día vi un vídeo en el que un alto oficial del ejercito de EEUU (el que segundo de Colin Powell en una de las guerras de EEUU) reconocía que la Royal Dutch Shell (según este tipo la corporación que mejores análisis hace) maneja estudios estratégicos con un fuerte decrecimiento hasta 2070 ¿¿¿??? Parece que hay cuestiones que se manejan al margen de la opinión pública. Sin embargo todo termina saliendo y termina por tener una repercusión casi nula.

      un saludo,

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  4. Te voy a dar una 4º causa del crecimiento económico para tu reflexión: lo común. La ampliación de lo común (conocimiento, económía, vida general en suma).La ampliación de lo común, versus lo individual, como causa de decrecimiento y/o estancamiento. Tus series históricas son correctas y muy significativas (se diría que en ellas se ven siglos y siglos de liberalismo económico ) y te diría que te centrarás exactamente en este periodo y lugar: Europa Occidental (centro y norte, mejor) desde 1945 a 1975. Lo que se conoce, en Francia especialmente, como 'la Treintena Gloriosa'. Tus excelentes dotes de estudio es posible que te lleven a ver el empuje de lo común en los siguientes datos: 1º Tasas de crecimiento incluso superiores a ese 2% que mencionas para los 2 últimos siglos. 2º El conocido e investigado efecto multiplicador de la economía pública, también en ese periodo. No es el 1,5 recién y hipócritamente descubierto por el FMI, el economista mexicano Alejandro y otros estudios indican multiplicadores superiores al 10% (Natixis, Flash Economics, What growth would really be in France, Spain, Italy, Portugal and Greece if the fiscal deficit targets were to be met, September 4th 2012 – No. 561). 3º La fuerte correlación que existe entre cercanía al imperio frustrado de lo común (URSS) y tasas altas de economía publica. Cuanta más cerca geográficamente al epicentro del socialismo real más alta la tasa de economía pública sobre Pib. En Países Nórdicos, p.ej., superiores al 50% de ingresos fiscales sobre Pib, y en países mediterráneos (España, Portugal) del orden del 15 % en la dictadura franquista. También, y como consecuencia de esa mayor economía pública, notables índices económicos igualitarios (Gini, educación, sanidad, etc.) cuanto más cerca del punto 0. 4º. Descenso del crecimiento (excepto burbujas) y de los ratios de igualdad justo desde finales 1980: caída URSS y Muro de Berlín. Aquí unas graficas sobre desigualad en Europa desde 1910: la igualdad (y la economía pública) aumentan a partir de la 2º década, y no antes de esas fechas.http://politikon.es/2012/05/15/desigualdad-de-ingresos-su-evolucion-en-100-anos-de-historia/ década.
    No estamos en una recesión, estamos casi en un retroceso evolutivo. En un paso atrás de regreso de dónde venimos: lo individual.
    El ataque actual (recortes) de lo individual hacía la economía común es una muestra de ello.
    En mi opinión, o se vuelve a potenciar la economía pública (eficiente y competente) o sino, tendremos estancamiento (crecimiento casi 0 e irregular) para las próximas décadas. Indefinido.

    Antonio

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    1. Buenas Antonio,

      Interesante reflexión, la tendré muy en cuenta, aunque es políticamente incorrecta. Tras la caída del muro la imagen que se suele transmitir es la de un capitalismo triunfante, sin embargo, como bien indicas hay otros datos que deben ser tenidos en cuenta. En EEUU tienen un 1% de la población en prisión con un gran coste ¿no es mejor educación y una oportunidad para todos? ¿tanta gente mala hay, o el sistema crea psicópatas? Esa individualización de la que hablas a partir de los 80, ha consistido básicamente, en mi opinión, en la creación de una economía de rentistas, la más grande en proporción desde la época feudal. Rentistas que simplemente están tumbados extrayendo una renta por su propiedad, mucha gente que no trabaja, que no aporta nada en ningún sentido, simplemente succionar céntimos y céntimos a la economía productiva.

      un saludo,

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  5. En mi opinión, el problema de cualquier sistema político o económico es el ser humano.

    El capitalismo, el comunismo y hasta el anarquismo son perfectos.

    Sobre el papel, claro.

    Una vez que las aplica el ser humano con sus pecados capitales como la avaricia , la gula o la envidia... se estropea el invento.

    Veo a las sociedades perfectas como utópicas. Y no, no me he levantado pesimista.

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    1. Buenas clik,

      Es discutible, y existe sin duda una gran incertidumbre, pero mi opinión ahora es justamente la contraria; no creo que el hombre sea ni bueno ni malo, más bien ha sido diseñado por la selección natural para vivir en unas condiciones que no tienen nada que ver con las actuales. El hombre no está diseñado para la civilización, aunque sea paradójico que con su inteligencia es capaz de crearla. Ahora mismo tenemos el conocimiento suficiente para ser capaces de poner los filtros necesarios en la civilización para que el progreso se precisamente eso: progreso, en vez de ser una trampa siniestra. La razón es lo único que puede salvarnos.

      un saludo,

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  6. Con respecto a la propuesta británica de ese Think Tank (Res Publica) no termina de quedar claro cómo sería factible su desarrollo, ni qué pasos específicos se darán en pos de ello. Curiosamente, la idea tiene cierto aire social (favorece la integración del individuo en la sociedad, y apoya la redistribución de riqueza mediante un tejido social más reforzado). De todos modos, no es nuevo. Recuerda al asociacionismo y al ideario base que hay detras de la gestión de las cooperativas. Lo curioso es como esa misma idea la aplican a otro de los sagrados tótems de la sociedad capitalista, la vivienda. Sorprende ver resucitada la idea de las viviendas comunales... ¿vuelve acaso una ideología de lo común? Sospecho que es más bien una reacción al empacho de pseudoideologia yuppie que permanece todavía en el mensaje de la economía actual, y en cierto modo, es un intento de volver a intentar "suavizar" las consecuencias de un sistema economico mal controlado, sin renunciar a él. Eso sí, dudo mucho que lleguemos a ver un sistema social similar al desarrollado durante la Guerra Fría en Europa, en lo en Francia se llama la "Treintena Gloriosa", las decadas directamente posteriores a la II WW. Eso no va a volver, aunque, en palabras de Rafael Poch, sí es probable que repitamos un periodo de desasosiego similar al que precedió a la Primavera de los Pueblos (1848) o bien, en el peor de los casos, una degradación del sistema democrático similar al que precedió a la década de los años 30 del siglo XX. ¿Porqué? Porque hay nuevos interrogantes sistémicos o sociales que no han tenido una respuesta cabal. Por vez primera en 500 años, Europa siente que pierde peso, "gravitas", frente a un mundo que se está alejando de sus nociones. En otras palabras, nos sentimos desplazados de nuestro eurocentrismo, y el mundo nos parece hostil, o cuando menos, menos acogedor de lo que pensabamos. Zygmunt Bauman habla de esta sensación de estar en un mundo líquido, donde la individualidad de la persona se encuentra cada vez más disociada, y con unos lazos con respecto a la comunidad frágiles en la sociedad moderna, urbana. Obviamente, esta situación, debe suscitar reacciones. La circunstancia dirá si serán regresiones, o bien, pensamientos nuevos capaces de abandonar las clásicas trampas ideológicas. Como diría Sampedro, actuar frente a lo que vemos, aquí y ahora, y no recluirse en las utopías (de terribles consecuencias en el siglo XX).

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    1. La característica económica básica y principal de la 'Treintena Gloriosa', las décadas de capitalismo inclusivo, capitalismo de rostro humano, es la del incremento exponencial de la economía pública. El Estado Social por excelencia. Desde tasas del 15 % de ingresos fiscales/pib antes de la 2ª guerra mundial hasta tasas del 55 % en Suecia, Finlandia,.. (Nórdicos) y países del modelo de Estado Social centro-europeo (Holanda, Alemania, Austria, Francia...) durante todo ese periodo (1945-1975). En mi opinión, los crecimientos superiores al 4% de ese periodo en Europa vienen explicados casi exclusivamente por dicho factor: economía común. Calcular el factor de regresión entre eses crecimientos y pib públicos pude ser un buen ejercicio econométrico para el editor del blog. Con la economía pública (gestión y financiación al 100 % de un estado muy democrático) se dan dos factores de crecimiento claros: 1º Masa (multiplicadores fiscales de hasta 10 según algunos autores) y 2º Aumento general de la competencia de los agentes económicos individuales y de grupo, es decir, aumento de la competitividad del mercado. Los índices de competitividad de los países nórdicos son un buen ejemplo de ello. Esa Treintena Gloriosa es posible que no se pueda recuperar, pero no porque no sea un modelo valido (también para élites) sino porque estas mismas elites económicas y políticas están cegadas hoy, como siempre, por la ganancia fácil, la del corto plazo, la mala economía, que es la de reducción a toda costa del precio del principal de los factores de producción: el laboral.

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    2. Buenas Jorge, excelente reflexión,

      No he estudiado a fondo la propuesta de ResPublica, evidentemente “suena bien” ¿pero no “sonaba bien” a comienzos de los 80 el “capitalismo popular” de Thatcher? Es decir, a ver si esto no va a ser otra trampa para generar comisiones para la banca, extendiendo el concepto de propiedad incluso al precariado, que al no ser capaz de acceder ya a la propiedad de forma individual, lo haría en forma de cooperativa. Desde el desconocimiento de la letra pequeña (y de la grande) ese es el temor que tengo.

      En mi opinión la fuente de la inestabilidad puede venir de donde ha venido tradicionalmente, algo que también comenta Bauman y que parece una lacra continúa del sistema socioeconómico desde la doble revolución, industrial y francesa, y es la separación tan brutal que existe de las esferas económico y política, porque la economía es global y la política local. Durante esta globalización de 30 años, la política monetaria ha cumplido el papel que tuvieron durante la época del patrón oro clásico los aranceles. Al final todo se ha salido de madre y se ha generado una tremenda liquidez global, y una economía rentista como no se conocía desde la época feudal. Pero un gobierno incapaz de controlar su economía, puede dar paso a otro, con voluntad y respaldo para “cortar por la sano”, y como sabemos, el mercado global de capital es capaz de extender el pánico y el descontrol con gran rapidez.

      Creo, como tú, que se deben nuevas respuestas a estos problemas, sin caer en los viejos paradigmas. Pero es necesaria, a mi juicio, una valoración objetiva y crítica de los movimientos anti sistémicos, remontándonos incluso a aquella lejana Primavera de los Pueblos, para ver que partes han sido asimiladas por el sistema, cuales son anacrónicas, y si existe algo que no caiga en los epígrafes anteriores.

      Un saludo,

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    3. Gracias antonio,

      Lo que es indudable es que como bien dices durante esa época se dan fuertes crecimientos que no pueden explicarse simplemente por el factor “reconstrucción”. Habrá que estudiarlo en detalle ¿hay bibliografía al respecto?

      Un saludo

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